martes, 2 de marzo de 2010

¿Dejaremos de mirar a los ojos?

Publicado por Juan Manuel Wills
Entrada No. 28 Año 3

No hay dudas que el impacto generado por las redes sociales es significativo y cambiará de manera definitiva nuestro comportamiento individual y comunitario. La creciente interacción con “Facebook” (¿“carelibro” será una buena traducción?), las comunidades para compartir fotos en el ciberespacio, observar vídeos de los demás o generar conversaciones simultáneas con muchos amigos para hablar de lo divino y lo humano, lo intranscendente y banal, lo serio y comprometedor, afectarán (¿para bien?) nuestro comportamiento. El futuro que nos espera, si no queremos convertirnos en eremitas modernos, será muy diferente al que se podía prever hace solo unos pocos años. No queda duda al respecto: el rumbo acelerado de los últimos tiempos generará cambios de consecuencias impredecibles.


En días pasados leí un interesante comentario al respecto que me sirve de base para estos planteamientos. Al ritmo actual, en los próximos años (¿o meses?) no habrá necesidad de salir de la casa, ni siquiera moverse del escritorio, para comunicarse con el mundo o desarrollar cualquier actividad. Estas prácticas reducirán a un recuerdo del pasado - como los que nos transmitían de sus épocas de juventud los abuelos cuando aun no eran populares los automóviles, el teléfono o para no ir muy lejos, la televisión -, aquellos instantes en que debíamos salir al parque o al club para reunirnos con el amigo o la novia, ir al estadio para compartir con nuestros compañeros de afición el clásico esperado, comentar la jugada, gritar el gol y salir al remate final, si ganaba nuestro equipo del alma, a tomarnos una cerveza....y también si no ganaba!, asistir a la galería para disfrutar la exposición del artista conocido, acompañar a los hijos o nietos al parque, mecerlos en el columpio y jugar en el arenal, participar en el bazar del colegio para aprender a perder el tiempo (algo que cada vez necesitamos mas en esta acelerada época de inmediatismo e impaciencia), ojear en la librería la oferta disponible, en el almacén de discos escuchar las pistas recomendadas o simplemente disfrutar un excelente concierto en el Colón, sin dejar de mencionar los agradables instantes de participar en una tertulia o en unas onces bien conversadas.

Todo esto se hace ahora desde el computador......o el celular ....... Por consiguiente dejaremos de ver los ojos de nuestro acompañante o interlocutor (algo que con nuestro sexto sentido nos puede indicar su actitud y su intención), olvidaremos la importancia del abrazo y del guiño, no identificaremos si lo que nos dice, lo acompaña de un sentimiento oculto de amistad o de odio....no percibiremos el olor de la lechona en el intermedio del partido, ni sabremos si a los asistentes a la exposición les gustó de verdad el cuadro que decidimos admirar, haremos la pesca milagrosa del bazar desde el teclado (en forma virtual, obviamente), nos ganaremos un trofeo (también imaginario) y no el libro de cuentos usual, oiremos a Karajan (fallecido hace muchos años) dirigiendo la novena sinfonía de Beethoven pero no percibiremos el respirar del vecino de silla ni el sueño motoso del anciano que no aguantó la longitud de la obra ni observaremos a pocos metros de distancia el joven director que inicia su carrera profesional; el arenal rústico será reemplazado (y despreciado por lo general) por el juego electrónico y su ejecución será individual con actitud aparentemente catatónica.

Sinembargo se ve una luz brillante al final del túnel. De los grandes y significativos avances recientes, se destaca que la mayoría de nuestros receptores de información envían con la información del mensaje de texto, la fotografía o la música también las coordenadas geográficas que ubican el sitio donde se encuentra nuestro interlocutor.

Una de las características más positivas de estas redes ha sido, la de haber permitido encontrar a conocidos y amigos que se nos habían perdido de nuestro horizonte. Con esta nueva función, la geográfica, comprobaremos si nuestro interlocutor se encuentra en la ciudad y, de golpe, en cercanías del vecindario. Probablemente sentiremos la motivación de salir a buscarlo (tal vez porque hace tiempo, décadas quizás, no lo vemos) saludarlo, abrazarlo, evitando que este nuevo mundo tan egoísta avance desaforadamente ....y así recuperar de alguna manera nuestro tiempo pasado y ese contacto físico que por naturaleza no debemos dejar perder.

Ojalá esta nueva tendencia permita o ayude a reanudar los contactos físicos. De lo contrario y como resultado lógico de la teoría de Darwin seguramente nos crecerán nuestros dedos para acomodarse mejor a los teclados y a las pantallas táctiles, de golpe tendremos un par mas para aprovechar aún mas sus funciones, las orejas adquirirán forma de audífono para aceptar de mejor manera los del Ipod que se utilizan en toda ocasión, los ojos tendrán forma de cuadricula para aprovechar óptimamente los visores de los aparatos de juegos, computadores, lectores de libros electrónicos y seguramente miles de usos nuevos que aun no nos imaginamos; poco a poco iremos perdiendo nuestras piernas pues ya no caminaremos y también nuestra capacidad de participar activamente en una reunión real.

No quisiera ser testigo de esta evolución..... Por tal razón y siendo consistentes con los tiempos modernos sugiero conformar una comunidad que nos permita aprovechar los buenos momentos mencionados anteriormente. Sería la manera de evitar lo que acertadamente comenta William Deresiewicz : “Vivimos exclusivamente en relación con los otros y lo que desaparece de nuestras vidas es la soledad”. Es tal vez lo mas dramático de esta nueva época en la que a pesar de estar físicamente aislados nunca tenemos tiempo para aprovechar la soledad, meditar, reflexionar y soñar por estar en permanente comunicación cibernética.


Un Verso
(muy apropiado a lo mencionado en el artículo anterior)


Todo bajo control, 6

Hace cincuenta años
se memorizaban direcciones y fechas,
no números de teléfono.

Hace un siglo
se memorizaban
plegarias, canciones y versos.

Hoy memorizamos
el número del celular
y la clave del cajero.

Los abuelos
nunca imaginaron
el dinero
saliendo de la pared.

No imaginaron
locales de cabinas telefónicas atestados
ni a la gente caminando y hablando sola
por el auricular.

Pensar
que antes del sofá de la TV
existió el diván de Freud,
que antes de decir: ¿tienes minutos?
se decía: ¿tienes horas?

Hubo una época,
cuesta creerlo,
cuando el mundo
no tenía pantalla.

Al atardecer,
sin comerciales, el sol y su cortejo de nubes
rodaban cada vez
una película distinta.

John Galán Casanova
Bogotá 1970



Un Pensamiento

"...castigamos con solemnidad y con rigor para satisfacer nuestro deseo de justicia, y luego, sin ruido ni voces, indultamos a los condenados para satisfacer nuestro deseo de perdón”

Angel Ganivet
Granada 1865- Riga 1898




Del Lector Electrónico y del Ipad

Condé Nast, la organización propietaria de revistas tan importantes como Wired, New Yorker, GQ, Vanity Fair y Glamour anunció en un comunicado de esta semana que dichas publicaciones estarán rediseñadas y disponibles para ser leídas directamente en el Ipad de Apple. Otra razón mas para considerar su adquisición.


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