lunes, 6 de julio de 2009

¿Se acaba la ortografía?


Ojo, no deje de leer
Cargado originalmente por LuisCarlos Díaz
Entrada No. 18 Año No. 2
En días pasados me encontré un artículo interesante sobre tecnologías de información pero desistí de su lectura al divisar en la tercera palabra de su segunda línea un increíble error (¿horror?) de ortografía que me frustró de manera inmediata el rato de solaz que le había destinado. ¡Una falla en la escritura correcta de una palabra es para mí como encontrar un pelo en la sopa, un manchón en el trabajo final, una equivocación en la suma, es decir, una falta de respeto! Ocasionalmente se comete alguna, inclusive el mismo computador la ayuda a generar y se está dispuesto a aceptarla, pero es incomprensible lo genérico que este problema se ha vuelto. Lo común es cometerla, hacerlo bien es la excepción……….



Esto me ha hecho reflexionar, o mas que eso, escribir sobre un tema que desde hace tiempo me genera angustia y frustración. ¿Por qué a la juventud actual -y también a sus padres y mentores- le importa tan poco la ortografía y la sintaxis en lo que escribe? ¿Será que los colegios y universidades no se preocupan de su enseñanza o esta pasó a ser un tema de menor interés en el pensum para educar un buen ser humano? ¿Es comprensible disculpar los descuidos por el ritmo acelerado del mundo moderno que no permite dedicar un espacio para consultar un diccionario, utilizar un corrector o leer un buen libro, actividades que con su práctica, indudablemente contribuyen a mejorar las habilidades asociadas? ¿Es posible que la nueva simbología surgida del intenso uso de los elementos electrónicos en los que se crean la gran mayoría de mensajes con que nos comunicamos en la actualidad, obliga a dedicar nuestros hemisferios cerebrales a buscar una nueva forma ingeniosa de expresar una frase y cambiar toda una expresión que describa una sensación de alegría, a la que tantos grandes escritores le han dedicado párrafos o versos inolvidables, por un simple símbolo como :) y consecuentemente pasar al plano del olvido los conceptos de la buena escritura y la redacción? Puede ser la razón que justifica el descuido de observar sus reglas: en la expresión :), surgida de la época del Internet, no tengo necesidad de preocuparme por saber si las dos palabras (estoy feliz) que representan la combinación y orientación de los signos (el paréntesis y los dos puntos) se escribe la primera sin “h” y la segunda con “z”. Similares conclusiones, o peores quizás, podremos elaborar si observamos algunas de las otras acepciones de este nuevo lenguaje ( ¿será la definición adecuada?) que los internautas utilizan.

:D Risa
:P Lengua Afuera
:S Confundido
*-) Pensativo
:-# No se lo digas a nadie
:$ Ruborizado
:”( Llorón
:( Triste
:) Sonrisa, carita feliz
:-* Contar secretos
:@ Enfadado
:^) No sé
:| Decepcionado
:-o Sorpresa
;) Guiño
^o) Sarcástico
|-) Dormido
+o( Enfermo
<:o div="" fiesta="">(^) Pastel de Cumpleaños
({) Abrazo a la izquierda
(}) Abrazo a la derecha

¿Podremos seguir disfrutando del placer de leer un buen libro, que nos describa el abrazo emotivo del padre al recibir a su hijo pródigo, la decepción de Anna Karenina, la tristeza de Don Quijote, la enfermedad de Margarita Gauthier o el rubor de Fermina Daza y Florentino Ariza sin necesidad de utilizar todos estos códigos jeroglíficos? Soy optimista, pienso que sí y refuerzo tal afirmación luego de haber asistido en Bogotá a un maravilloso festival literario, el Malpensante, donde encontré muchísimos jóvenes interesados en recibir el consejo y las experiencias creativas de una gran generación de escritores latinoamericanos invitados al encuentro. Pero veo que la lucha será dura y difícil y los que sentimos una preocupación por dicha “pureza” ya probada durante siglos, debemos unirnos para evitar ser invadidos por la ligereza y la creación poco elaborada. Exigir o corregir amablemente a nuestros corresponsales, dar ejemplo en la limpieza de nuestros textos, promover la lectura de los maestros pueden ser algunas de nuestras defensas. No estoy en contra de nuevas palabras y medios, de nuevas expresiones y símbolos; soy un convencido -de hecho las uso en determinadas circunstancias-, sé que aportan y amplían el horizonte de la comunicación; sin embargo no las podemos aceptar como reemplazo de lo que tanto hemos disfrutado desde la invención de la imprenta. Me quedo con Cien años de Soledad, Oliver Twist o los Hermanos Karamazov y no con los mensajes abreviados que se envían por "Twitter" con un límite máximo de 140 caracteres; éstos los consulto (porque también lo hago) si quiero saber que pasó hace un minuto en las protestas de los manifestantes de Irán o de Honduras o qué otro insulto está planeando Correa contra Colombia, pero nunca los podré asimilar con una obra literaria. Hagamos lo posible para respetar los espacios de estos dos mundos, aprovechemos lo mejor de ellos y mantengamos vivo nuestro idioma. ¡Protejamos la lengua española!

Dos Analogías

La primera: La semana pasada un juez de Nueva York condenó a 150 años de prisión a Madoff por considerar que el daño y engaño que hizo a la sociedad con su escandalosa pirámide requería una pena de este calibre, y además al día siguiente del veredicto, oficiales del estado tomaron posesión inmediata de su lujoso apartamento en el corazón de la gran manzana. En menos de ocho meses se concluyó un caso que castiga duramente al agresor y muestra una rama judicial eficiente y justa.

Mientras tanto, en Colombia, Murcia el Madoff colombiano, continua detenido pero sin juicio, suministrando declaraciones a la prensa, convirtiéndose en un hombre público y famoso, sin luces por ahora si habrá una pena, si ésta será tan severa como la antes mencionada; o si por el contrario saldrá libre o con una rebaja considerable por una confesión que descaradamente aun no ha querido aceptar.

La Segunda: En una reciente noticia publicada en Estados Unidos se encontró que el ejecutivo principal (CEO) de cada una de las cien empresas mas importantes de ese país no está conectado a las redes sociales mas utilizadas en Internet (Flickr, Facebook, Twitter) y que han revolucionado el panorama actual. ¿Qué se podrá esperar de estas empresas en su adaptación a las nuevas reglas de juego del mundo interactivo? ¿Será necesario que los jóvenes de ahora, principales impulsores de estas redes, lleguen a los niveles ejecutivos para percibir el impacto de las mismas? De todas maneras resulta curioso por decir lo menos, que los principales directivos del sector empresarial, ya sea por temor al cambio, por orgullo o por simple desconocimiento, se queden en las teorías administrativas del siglo veinte cuando nos encaminamos a la segunda década del siglo veintiuno.

Un Cuento Breve de Borges de 1927 sobre la verdad y la mentira

¿A Dónde vas Daniel?

—¿Adónde vas, Daniel? —dijo el uno.
—A Sebastopol —dijo el otro.
—¡Mientes, Daniel! Me respondes que vas a Sebastopol para que yo piense que vas a Nijni-Novgórod, pero lo cierto es que vas realmente a Sebastopol. ¡Mientes, Daniel!».

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JMW